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'Un jardín para Beatrix' -Lucía Pizzani en Londres

“Un jardín para Beatrix” exposición individual de Lucía Pizzani en Londres.

Lucía Pizzani : Un Jardín para Beatrix

Mayo 20, 2015 to Julio 24, 2015

Cecilia Brunson Projects Royal Oak Yard Bermondsey Street LONDON SE1 3GD

La fascinación con la naturaleza y la diversidad biológica que ha tenido Lucía Pizzani a lo largo de su vida, permea una gran parte de su trabajo artístico. En su primera muestra en Cecilia Brunson Projects la artista venezolana desarrolló esta vertiente a través de un espíritu afín: Beatrix Potter, quien fue, además de una reconocida escritora, una científica y pionera en la investigación de la reproducción de los hongos a través de sus esporas. Limitada en su carrera científica debido a su género femenino, Potter redirigió su interés por el medio ambiente a su expresión literaria. Al igual que Potter, Pizzani teje en su narrativa el inexorable ciclo de vida y muerte, crecimiento y decadencia, pero en su caso usando el foto performance, la escultura, la instalación y el video en lugar de la literatura infantil.

En en el video Mujeres no identificadas de Pizzani, el tema de género es abordado a través de su exploración de algunas de las primeras fotografías de mujeres en la historia, en su gran mayoría sin identificación alguna, a diferencia de las imágenes de los hombres quienes tradicionalmente sí se registraban. El tiempo y el deterioro provocaron una desintegración fantasmagórica de estas imágenes en las que sus figuras apenas pueden discernirse. Las manchas y errores de revelado les confieren a estas mujeres una singularmente victoriana mezcla de polvo, hollín y ectoplasma. Su desintegración y, en muchos casos, la falta de rasgos identificables se convierten en una narrativa dual del deterioro universal de la vida, asi como y una historia borrosa de la identidad femenina.

Es en la obra Un Jardín para Beatrix, un mural escultórico de fungi que le da título a la exposición, que se revela a plenitud el interés que Pizzani comparte con Potter. La atracción de esta artista hacia las formas orgánicas de los hongos se manifiesta en un crecimiento casi mágico en el que las cerámicas blancas, translúcidas, salen de las obras en papel, evolucionando de dos a tres dimensiones y de formas de hongos a formas que emulan los genitales femeninos. En esta instalación las piezas se mezclan componiendo un collage a gran escala, realizado especialmente para los espacios de la galería, que incorpora fotografías intervenidas y las ilustraciones de Potter, alteradas y transformadas en esta “obra jardín” como un tributo a ella. El reino biológico, único de los hongos (que no son plantas, animales ni bacterias) ocupa el sitio límite entre la vida y la muerte, crecimiento y decadencia, saprófitos y parásitos. Y el proyecto continua un tema de una obra previa de Pizzani: “Orchis”, que significa testículo. Si bien en esta obra se señalan los bulbos de las orquídeas como raíz etimológica de la palabra que designa los órganos reproductores masculinos; ahora Pizzani usa a los hongos para subvertir esta idea hacia lo femenino: restableciendo el balance. Y al usar medios tradicionales (cerámica e ilustración) en forma conceptual, se crea una nueva ficción que late, germina y nos atrae hacia la naturaleza tal como Pizzani la representa.

En Sagrario, la atención de Pizzani pasa del deterioro al surgimiento de nueva vida. Estas piezas derivan de un performance previo en el cual la artista trabajó con cuerpos envueltos en telas para evocar la metamorfosis de una mariposa, seguida de su eclosión para salir de la crisálida. En esta serie las siluetas de la anatomía femenina describen distintos capítulos de una narrativa de ficción. Ella simultáneamente extrae la naturaleza paradójica, restrictiva y emergente de la vida, no solo de la mujer adulta, sino del nacimiento, la pubertad y la adolescencia. Y al documentar este performance con colodión húmedo nos devuelve a los orígenes monocromáticos de la fotografía de Mujeres no identificadas, con sus tonos efímeros, surrealistas y su oscuridad enigmática.

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Lucia Pizzani’s lifelong captivation with nature and conservation biology permeates a large part of her artistic practice. And in her first show at Cecilia Brunson Projects the Venezuelan-born artist develops this through a kindred spirit, Beatrix Potter, among other things a natural scientist and a pioneer in fungal spore reproduction. Impeded from a scientific career by her gender, Potter filtered her fascination with the environment through her literary journey. Just like Potter, Pizzani weaves into her narrative the inexorable cycle of life and death, growth and decay, but in her case using performance photography, sculpture, installation and video instead of

children’s literature. In Pizzani’s video work Unidentified Women gender itself is brought into focus through her exploration of some of the earliest historical photographs of women most of them captioned as “unidentified” as opposed to men’s which are traditionally identified. Time and decay have wrought a ghostly disintegration of their images into barely discernible figures. Ink smudges and misprints bestow on the women a singularly Victorian mixture of dust, soot and ectoplasm. Their disintegration and, in many cases, lack of identifiable features becomes a dual narrative of the universal decay of life, and the historical blurring of female identity.

In A Garden for Beatrix a sculptural wall installation of fungi reveals the shared interest with Potter in its entirety. Pizzani’s attraction to the wild, organic forms of mushrooms manifests in an almost magical growth where translucent white ceramics grow out of works on paper, evolving from two to three dimensions and from mushrooms into forms emulating female pudenda. In this site-specific

installation, the works blend into a large scale collage that incorporates reworked photographs and Potter's own illustrations that are altered and transformed to become this "garden piece", which is a tribute to her. The unique, biological kingdom of the fungus (neither plant, animal nor bacterium) occupies the hinterland between life and death, growth and decay, saprophyte and parasite. And the project continues a theme of Pizzani’s earlier Orchis (2011) in which semi-abstracted images of orchid plants play with its Greek etymology ‘Orchis’, meaning testicle. Where before the orchid’s bulbs derive its life-deriving male-organ root Pizzani now uses

the fungi to subvert this idea toward the female, re-establishing balance. And by using traditional media (ceramics and illustration) in a conceptual way a new fiction is created that pulsates, germinates and pulls us into the Nature she represents.

In Sagrario Pizzani’s attention turns from decay to emergence. The works derive from a prior performance piece in which the artist revolved a fabric-covered body evoking the metamorphosis of a butterfly followed by its emergence from the cocoon. In this series the contours of the female anatomy describe different chapters of fictional narratives. She simultaneously draws out the paradoxical restrictive and emerging nature of life, not just of womanhood, but birth, puberty and adolescence. And in documenting this performance with collodion, wet-plate photography, she returns us to the monochrome origins of photography of Unidentified Women, with ephemeral, surrealist overtones and enigmatic obscurity.


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